Se denomina desinfección a un proceso físico o químico que mata o inactiva agentes patógenos tales como bacterias, virus y protozoos impidiendo el crecimiento de microorganismos patógenos en fase vegetativa que se encuentren en objetos inertes. Los desinfectantes reducen los organismos nocivos a un nivel que no dañan la salud ni la calidad de los bienes perecederos. Algunos, como los compuestos fenólicos, pueden actuar también como antisépticos. Los desinfectantes se aplican sobre objetos inanimados, como instrumentos y superficies, para tratar y prevenir las infecciones. Entre los desinfectantes químicos del agua más habituales se encuentran el cloro, las cloraminas, el ozono. La desinfección del agua también puede ser física cuando se emplea la ebullición, la filtración y la irradiación ultravioleta. Se deben distinguir los desinfectantes de los sanitizantes que son sustancias que reducen el número de microorganismos a un nivel seguro.
La desinsectación es la acción de eliminar determinados artrópodos dañinos - principalmente insectos - por medios químicos, físicos o con la aplicación de medidas de saneamiento básico. Puede haber especies dañinas para la agricultura, ganadería, para las personas, etc. La mayoría de estas especies son insectos, aunque también hay entre estas plagas arácnidos. Los insectos más comunes considerados como de interés en la salud pública y dentro de las actividades económicas son:
Desratización
Debido a que las ratas son vectores de enfermedades y a que devoran la comida almacenada se han desarrollado métodos para su control. Se define desratización como el conjunto de técnicas de saneamiento que se emplean para el control o exterminio de roedores, incluyendo ratas y ratones. Este proceso se encara de dos maneras:
- Desratización pasiva: Se trata de estrategias que buscan evitar la entrada y multiplicación de roedores; por tanto, son fundamentalmente preventivos. Incluyen el cierre hermético de contenedores de residuos y la instalación de rejillas en conductos de aireación.
- Desratización activa: Incluye métodos dirigidos al control de poblaciones de roedores preexistentes.
Control de Plagas
El control de plagas es la regulación y el manejo de algunas especies referidas como plagas, normalmente por tratarse de especies que afectan la salud de los habitantes, la ecología, la economía, etc.
Antiguamente el control de plagas era un concepto ligado a la agricultura. Para poder maximizar la producción de alimentos era necesario proteger los cultivos de otras plantas competidoras de animales herbívoros, así como de insectos que podían afectar a las cosechas o a la calidad de las mismas.
Muchas plagas se convierten en reales problemas por la acción directa del humano. Muchas veces una modificación de estas acciones puede ser suficiente para controlar una plaga. Las moscas domésticas, por ejemplo, tienden a establecerse allí donde hay actividad humana y aparecen en grandes cantidades allí donde hay alimentos o residuos expuestos.
Tradicionalmente se controlaban las plagas mediante el control químico. De hecho hace ya miles de años, los sumerios empleaban azufre para controlar algunos insectos. También se usaban plantas venenosas para el control de algunas plagas. Los chinos y los egipcios ya utilizaban productos químicos para controlar insectos y otras plagas. Pero no fue hasta la industrialización, siglos XVIII y XIX, que el sistema de control utilizado fueron los productos químicos. En el siglo XX con el DDT y los herbicidas, el uso de productos químicos para el control de las plagas se extendió considerablemente.
Hoy en día el uso preferente de productos químicos para el control de las plagas está siendo reemplazado por un nuevo enfoque: "manejo integrado de plagas", o también llamado "gestión integrada de plagas". Este sistema para manejo de plagas enfatiza el uso de prácticas preventivas simples y económicas que puedan ocasionar el menor daño posible a las personas y al medioambiente. El método se basa principalmente en eliminar las plagas minimizando su acceso a alimento, agua y refugios.
Manejo Integrado de Plagas
En agricultura se entiende como manejo integrado de plagas (MIP) o control integrado de plagas a una estrategia que usa una gran variedad de métodos complementarios: físicos, mecánicos, químicos, biológicos, genéticos, legales y culturales para el control de plagas. Estos métodos se aplican en tres etapas: prevención, observación y aplicación. Es un método ecológico que aspira a reducir o eliminar el uso de plaguicidas y de minimizar el impacto al medio ambiente. Se habla también de manejo ecológico de plagas (MEP) y de manejo natural de plagas.
El manejo integrado aspira a identificar la mejor combinación de controles químicos y biológicos para una plaga específica. Los insecticidas químicos debería usarse en la forma que causara la menor disrupción de los controles biológicos. El término integrado era así sinónimo de compatible. Los controles químicos se podían aplicar sólo después de que un muestreo regular indicara que la plaga había alcanzado un cierto nivel (umbral económico) que requería tratamiento para evitar que la población llegara a un nivel dañino (nivel de daño económico) en el cuál las pérdidas económicas superaran los costos de medidas artificiales de control.
El manejo integrado o MIP extendió el concepto a toda clase de plagas y se expandió para incluir otras tácticas además de las químicas y biológicas. Los pesticidas químicos se podían usar sólo como parte de un esfuerzo integrado y tenían que ser compatibles con otras tácticas de control para toda clase de plagas. Otras tácticas como resistencia de la planta alimento contra sus parásitos y manipulaciones de cultivo entraron a formar parte del arsenal de MIP. Éste se convirtió en un sistema multidisciplinario que incluía expertos en entomología, patología vegetal, nematodes y malezas.